El cine y las vanguardias artísticas
Una primera aproximación al cine del surrealismo francés y del cubo-futurismo soviético y su particular gramática de escritura a través de la imagen en movimiento: planos, ángulos, encuadres, movimientos de cámara, montaje. Sugerimos complementar esta introducción con los films de Artaud, Buñuel y Eisenstein.
ARTAUD
El poeta francés Antonin Artaud, uno de los artistas más representativos del surrealismo, además de dedicar numerosos trabajos en el campo de la poesía y el teatro, también incursionó en el cine. Escribió artículos, guiones y participó de diversos films. "El clérigo y la caracola", una película que filmó en 1928 la directora Germaine Dulac, se hizo sobre un guión cinematográfico del propio poeta. A continuación presentamos un ensayo programático de Artaud sobre cine y la obra fílmica citada, ambos trabajos como un modo de seguir pensando los vínculos interartísticos entre escritura cinematográfica e imagen en movimiento.
BUÑUEL
En Un perro andaluz no aparece ningún perro ni ningún andaluz. Se cree que el título es un «homenaje» surrealista a Federico García Lorca, que ya estaba enemistado con los directores. El poeta desde luego se dio por aludido. Buñuel tenía 29 años (fue su primera película) y Dalí 25. Ambos decidieron hacer un cine experimental, surgido lo más directamente posible del subconsciente. Buñuel declaró: «Escribimos el guión en menos de una semana, siguiendo una regla muy simple: no aceptar idea ni imagen que pudiera dar lugar a una explicación racional, psicológica o cultural». Otra muestra de escritura cinética que enlaza imagen en movimiento, sonido y texto para construir un relato plagado de símbolos de estirpe surreal.
EISENSTEIN
En 1925, con motivo de la conmemoración del vigésimo aniversario del fallido golpe revolucionario de 1905, el gobierno soviético encargó al joven director Serguéi M. Eisenstein –quien había recogido un gran éxito con su primer largometraje La huelga– la realización de una película que recogiese los hechos. La idea inicial de Eisenstein al escribir el guión era filmar la sublevación de 1905, preludio de la revolución de 1917 , desde la guerra ruso-japonesa hasta el levantamiento contra el zar. El rodaje en Leningrado se vio interrumpido por contratiempos meteorológicos y el equipo se trasladó a la ciudad portuaria de Odessa, donde estaba previsto filmar algunas escenas de la película. Una vez allí, Eisenstein cambió de opinión y decidió centrar el guión entorno al motín del acorazado Potemkin.
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